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Aunque siempre ha existido una cifra alta en lo que asistencia a salones de juego se refiere, lo cierto es que las modalidades online han dado un salto hacia arriba en los últimos años. Esta situación se ha visto favorecida por la necesidad de entretenerse en casa debido al confinamiento y las restricciones de movilidad. Todo ello, unido al crecimiento exponencial del uso de dispositivos móviles y pantallas entre la población más joven, ha hecho que muchos empiecen a apostar por la necesidad de probar algo nuevo y, en muchas ocasiones, incluso, por presión de grupo. La falta de supervisión parental del contenido que consumen los menores y el poco control del tiempo dedicado a Internet que presentan los jóvenes pueden ser otros de los motivos por los que puede llegar a generarse este fenómeno, que es uno de esos malos usos de la tecnología sobre los cuales Orange alerta en su última campaña ‘Por un uso Love de la Tecnología’. A través de esta iniciativa se quiere sensibilizar tanto a jóvenes como a adultos sobre la importancia de hacer una utilización responsable de las herramientas que pone a nuestra disposición la nueva sociedad digital.

Esta adicción al juego online genera graves efectos sobre la persona que la sufre, provocando cambios en el comportamiento e influyendo negativamente en su vida diaria. Consecuencias y signos visibles de esta ludopatía, que nos pueden ayudar a detectar que algo está ocurriendo, pueden ser, entre otros, mentiras a los padres, abuso de confianza, hurto de pequeñas cantidades de dinero, trastornos de sueño y alimentación, ansiedad, irritabilidad y un largo etcétera que hace que estos efectos puedan ser, incluso, comparados con los de las adicciones a ciertos estupefacientes.

¿Cuál es, entonces, la salida? Sin duda, tal y como explica la Policía, escapar de esta adicción no es tarea fácil, pero existen formas de prevenir y evitar su aparición o el aumento de su gravedad. Fomentar un uso responsable y moderado de los juegos de azar, junto con un interés por parte de los padres en las aficiones de sus hijos e hijas es el primer paso, pero no el único. Educar enseñando cómo administrar el dinero o promover ciertos momentos de desconexión, incentivando actividades al aire libre, pueden ser otras buenas formas de evitar que los jóvenes terminen por sufrir una adicción que, lamentablemente, está a la orden del día. Tal y como indican, innegablemente, desde Orange, la tecnología es uno de los avances más positivos para el ser humano, siempre y cuando se maneje de manera responsable.

Aunque siempre ha existido una cifra alta en lo que asistencia a salones de juego se refiere, lo cierto es que las modalidades online han dado un salto hacia arriba en los últimos años. Esta situación se ha visto favorecida por la necesidad de entretenerse en casa debido al confinamiento y las restricciones de movilidad. Todo ello, unido al crecimiento exponencial del uso de dispositivos móviles y pantallas entre la población más joven, ha hecho que muchos empiecen a apostar por la necesidad de probar algo nuevo y, en muchas ocasiones, incluso, por presión de grupo. La falta de supervisión parental del contenido que consumen los menores y el poco control del tiempo dedicado a Internet que presentan los jóvenes pueden ser otros de los motivos por los que puede llegar a generarse este fenómeno, que es uno de esos malos usos de la tecnología sobre los cuales Orange alerta en su última campaña ‘Por un uso Love de la Tecnología’. A través de esta iniciativa se quiere sensibilizar tanto a jóvenes como a adultos sobre la importancia de hacer una utilización responsable de las herramientas que pone a nuestra disposición la nueva sociedad digital.

Esta adicción al juego online genera graves efectos sobre la persona que la sufre, provocando cambios en el comportamiento e influyendo negativamente en su vida diaria. Consecuencias y signos visibles de esta ludopatía, que nos pueden ayudar a detectar que algo está ocurriendo, pueden ser, entre otros, mentiras a los padres, abuso de confianza, hurto de pequeñas cantidades de dinero, trastornos de sueño y alimentación, ansiedad, irritabilidad y un largo etcétera que hace que estos efectos puedan ser, incluso, comparados con los de las adicciones a ciertos estupefacientes.

¿Cuál es, entonces, la salida? Sin duda, tal y como explica la Policía, escapar de esta adicción no es tarea fácil, pero existen formas de prevenir y evitar su aparición o el aumento de su gravedad. Fomentar un uso responsable y moderado de los juegos de azar, junto con un interés por parte de los padres en las aficiones de sus hijos e hijas es el primer paso, pero no el único. Educar enseñando cómo administrar el dinero o promover ciertos momentos de desconexión, incentivando actividades al aire libre, pueden ser otras buenas formas de evitar que los jóvenes terminen por sufrir una adicción que, lamentablemente, está a la orden del día. Tal y como indican, innegablemente, desde Orange, la tecnología es uno de los avances más positivos para el ser humano, siempre y cuando se maneje de manera responsable.