La adicción a los vídeo juegos baja la afecitividad y comunicación de los menores con los padres
Un estudio del grupo de investigación TXP de la Universidad CEU Cardenal Herrera (CEU UCH) en Castellón revela que el estilo parental con baja afectividad y comunicación se relaciona directamente con la adicción a videojuegos entre los adolescentes, así como indirectamente en chicos con inestabilidad emocional.
Los investigadores, pertenecientes a los departamentos de Educación y Salud de la CEU UCH y al área de Salud Mental del Hospital Provincial de Castellón, realizaron un estudio transversal entre 397 adolescentes de tercero y cuarto de la ESO de seis institutos, de los que el 6,8% presentaba adicción a videojuegos.
Esta investigación, publicada en la revista científica 'Frontiers in Psychology' y liderada por el profesor Gonzalo Haro, responsable del programa de Patología Dual Grave del Provincial de Castellón, buscaba detectar qué estilos de socialización parental y qué rasgos de personalidad en la adolescencia predisponen a desarrollar adicción a los videojuegos, así como identificar diferencias en las prácticas de crianza recibidas por adolescentes sin adicción a videojuegos, con un uso excesivo y con adicción a los videojuegos".
También se ha estudiado la relación entre la adicción a videojuegos y los rasgos de personalidad del adolescente, la psicopatología y los problemas de conducta y el papel del género en esta relación. "Los resultados indican que el perfil principal de adolescente con adicción a videojuegos es varón, con inestabilidad emocional y con una relación paterno-filial con escaso afecto y comunicación", señala el investigador en un comunicado.
En cuanto a los estilos de socialización parental, se consideran dos dimensiones principales: el afecto-comunicación, relacionado con el tono emocional y el comportamiento de los padres hacia sus hijos, por el que los niños se sienten amados y aceptados como individuos dentro de la familia, y el control-estructura de los padres, relacionado con el grado de intensidad o tipo de influencia que los padres ejercen sobre el comportamiento de sus hijos.
Se emplearon dos cuestionarios para identificar los estilos de crianza: el cuestionario TXP de socialización parental, que identifica los factores de control-estructura, afecto-comunicación --tanto desde la perspectiva del adolescente como desde la de los padres-- y los valores prosociales, así como la escala de socialización parental ESPA-29 que evalúa la percepción del adolescente sobre la forma de actuar de sus padres en 29 situaciones.
La investigación refleja dos patrones de uso patológico de videojuegos: uno con un perfil de juego excesivo, sin llegar a constituir criterios de adicción, en el cual no influye el estilo de crianza, ni los rasgos de personalidad, y otro con un perfil de adicción a videojuegos que presentan mayores problemas a nivel paterno-filial, de personalidad y psicopatológico.
En el estudio se ha empleado el cuestionario de personalidad 'Big Five' para niños y adolescentes, que evalúa cinco dimensiones relacionadas con rasgos de personalidad: la conciencia, relativa a la autonomía, orden, precisión, perseverancia y cumplimiento de normas y compromisos; la apertura, que incluye factores intelectuales, creatividad e intereses culturales; la extraversión, vinculada con la sociabilidad, actividad, entusiasmo, asertividad y autoconfianza; la amabilidad, como tendencia al altruismo, prosociabilidad y grado de cooperación y sensibilidad hacia los otros y sus necesidades, y el neuroticismo o tendencia a ser neurótico y sentirse incómodo, con cambios de humor, ansiedad, depresión, descontento e irritabilidad.
PROGRAMAS DE PREVENCIÓN EN INSTITUTOS
"Estos resultados pueden contribuir a diseñar programas de prevención específicos para este tipo de adicción conductual en los institutos", destaca el psiquiatra del Provincial de Castellón Francesc Rodríguez, que desarrolla su tesis doctoral en la escuela CEINDO del CEU sobre esta materia.
Los investigadores del grupo TXP participantes en este trabajo son, además de Gonzalo Haro y Francesc Rodríguez, Mª Isabel Marí y Francisca Castellano, profesoras del departamento de Ciencias de la Educación de la CEU UCH de Castellón; Isabel Almodóvar, doctora por la CEU UCH y profesora de Enfermería en la UJI; Ana Benito, de la unidad de Salud Mental de Torrent y Marta Sánchez como psiquiatra del Hospital de Manises.