Sin embargo, parece que al ser un negocio tan rentable para todos los sectores involucrados y generar ingresos importantes al fisco, el tema del juego patológico ha hecho tomar conciencia real a las autoridades españolas. Si bien, Turbi explica que desde los organismos oficiales del gobierno español sí se tiene en cuenta el problema de las adicciones y por ende de la ludopatía, “estamos en un inicio y no hay aún conciencia. Es más problemático luchar en contra de la economía que mueve este tipo de apuestas, como es la publicidad en diferentes medios”. Para el psicólogo, lo primordial para comenzar a dar respuesta a este problema es sensibilizar a la sociedad luchando contra el bombardeo publicitario continuo, por lo que para él va a ser una “tarea ardua y compleja”.

Para el, uno de los problemas más graves es que deben afrontar en ese momento es el ingreso de menores a los casinos en línea y a los sitios de apuestas deportivas, por lo que existe una fisura en el sistema de seguridad para salvaguardar la integridad de esta parte de la población. Con relación a este tema, un estudio realizado por la universidad de Valencia (UV) y la Fundación Codere, dio cuenta que el 20 por ciento de los jugadores españoles son menores de 18 años. Turbi explica que es menester de la Administración Pública velar porque se cumpla la normativa que prohíbe jugar a los menores y que “porque desde un dispositivo con acceso a Internet es más difícil hacer cumplir la ley, es de suma importancia educar a los más jóvenes sobre el uso responsable de los dispositivos”.

El catedrático explica que los jóvenes son conscientes de los problemas que acarrea la adicción al juego en sus formas más clásicas, como las tragamonedas, pero no ven los mismos riesgos en las apuestas deportivas. Para Turbi “aquí nos encontramos con la problemática de los juegos en línea, porque es un desarrollo más rápido, por un lado por la facilidad del juego y el poco dinero necesario para jugarlo, y por el otro que el deporte es visto de forma positiva. Su afición hace que más y más gente se acerque a este tipo de apuestas, con el riesgo de estar expuesto a la tentación las 24 horas”. Para él lo más acuciante es que es que no hay conciencia de riesgo aún, porque todavía está en un auge muy reciente. Cabe destacar que según expertos en las causas de ludopatía, los usuarios de juegos presenciales tardan entre 5 y 7 años en desarrollar la patología, mientras que lo asiduos a los juegos por Internet, sólo un año y medio.

Los bombardeos publicitarios de las casas de apuestas en camisetas deportivas parece ser uno de los problemas que los estudiosos del tema quieren acotar. Para Turbi, el patrocinio de las casas de apuestas y de estrellas deportivas con relación al juego necesita de una regulación, pero asegura que es un tema muy difícil de abordar por la cantidad de dinero que reporta a los medios de comunicación y a los clubes deportivos. “Desde mi opinión aún va a pasar algún tiempo para que esta regulación se dé, tal como pasó con el tema de la publicidad de alcohol y tabaco”, explica.

En España, las propuestas para combatir el creciente aumento de la población en peligro de caer en el juego patológico se basan sobre todo en la educación de la población. Turbi explica que desde la universidad en donde trabaja se van a formar profesionales en la temática, así como otros colectivos como los maestros, sobre todo en el tema del abuso en las apuestas deportivas. “Esto se va a completar con el diseño y puesta en marcha de programas validados, tanto en el ámbito escolar, familiar y comunitario, entre otras estrategias preventivas en los diferentes niveles de actuación”, señaló y añadió que los segmentos más vulnerables están en riesgo de padecer conflictos familiares, abandono de la actividad escolar con el consiguiente fracaso y la posible presencia de patologías duales como ansiedad y depresión.

Turbi explica que las alarmas que se deben tener en cuenta frente a un posible caso de juego patológico son, profusión de gastos, Exceso de tiempo dedicado a dispositivos tecnológicos, reducción o abandono de responsabilidades académicas o laborales, disminución de actividades sociales y, en caso más graves, hurtos o venta de objetos personales e incluso solicitar microcréditos para poder paliar las pérdidas de dinero.

Sin embargo, parece que al ser un negocio tan rentable para todos los sectores involucrados y generar ingresos importantes al fisco, el tema del juego patológico ha hecho tomar conciencia real a las autoridades españolas. Si bien, Turbi explica que desde los organismos oficiales del gobierno español sí se tiene en cuenta el problema de las adicciones y por ende de la ludopatía, “estamos en un inicio y no hay aún conciencia. Es más problemático luchar en contra de la economía que mueve este tipo de apuestas, como es la publicidad en diferentes medios”. Para el psicólogo, lo primordial para comenzar a dar respuesta a este problema es sensibilizar a la sociedad luchando contra el bombardeo publicitario continuo, por lo que para él va a ser una “tarea ardua y compleja”.

Para el, uno de los problemas más graves es que deben afrontar en ese momento es el ingreso de menores a los casinos en línea y a los sitios de apuestas deportivas, por lo que existe una fisura en el sistema de seguridad para salvaguardar la integridad de esta parte de la población. Con relación a este tema, un estudio realizado por la universidad de Valencia (UV) y la Fundación Codere, dio cuenta que el 20 por ciento de los jugadores españoles son menores de 18 años. Turbi explica que es menester de la Administración Pública velar porque se cumpla la normativa que prohíbe jugar a los menores y que “porque desde un dispositivo con acceso a Internet es más difícil hacer cumplir la ley, es de suma importancia educar a los más jóvenes sobre el uso responsable de los dispositivos”.

El catedrático explica que los jóvenes son conscientes de los problemas que acarrea la adicción al juego en sus formas más clásicas, como las tragamonedas, pero no ven los mismos riesgos en las apuestas deportivas. Para Turbi “aquí nos encontramos con la problemática de los juegos en línea, porque es un desarrollo más rápido, por un lado por la facilidad del juego y el poco dinero necesario para jugarlo, y por el otro que el deporte es visto de forma positiva. Su afición hace que más y más gente se acerque a este tipo de apuestas, con el riesgo de estar expuesto a la tentación las 24 horas”. Para él lo más acuciante es que es que no hay conciencia de riesgo aún, porque todavía está en un auge muy reciente. Cabe destacar que según expertos en las causas de ludopatía, los usuarios de juegos presenciales tardan entre 5 y 7 años en desarrollar la patología, mientras que lo asiduos a los juegos por Internet, sólo un año y medio.

Los bombardeos publicitarios de las casas de apuestas en camisetas deportivas parece ser uno de los problemas que los estudiosos del tema quieren acotar. Para Turbi, el patrocinio de las casas de apuestas y de estrellas deportivas con relación al juego necesita de una regulación, pero asegura que es un tema muy difícil de abordar por la cantidad de dinero que reporta a los medios de comunicación y a los clubes deportivos. “Desde mi opinión aún va a pasar algún tiempo para que esta regulación se dé, tal como pasó con el tema de la publicidad de alcohol y tabaco”, explica.

En España, las propuestas para combatir el creciente aumento de la población en peligro de caer en el juego patológico se basan sobre todo en la educación de la población. Turbi explica que desde la universidad en donde trabaja se van a formar profesionales en la temática, así como otros colectivos como los maestros, sobre todo en el tema del abuso en las apuestas deportivas. “Esto se va a completar con el diseño y puesta en marcha de programas validados, tanto en el ámbito escolar, familiar y comunitario, entre otras estrategias preventivas en los diferentes niveles de actuación”, señaló y añadió que los segmentos más vulnerables están en riesgo de padecer conflictos familiares, abandono de la actividad escolar con el consiguiente fracaso y la posible presencia de patologías duales como ansiedad y depresión.

Turbi explica que las alarmas que se deben tener en cuenta frente a un posible caso de juego patológico son, profusión de gastos, Exceso de tiempo dedicado a dispositivos tecnológicos, reducción o abandono de responsabilidades académicas o laborales, disminución de actividades sociales y, en caso más graves, hurtos o venta de objetos personales e incluso solicitar microcréditos para poder paliar las pérdidas de dinero.