Según la información que ha trascendido, y que adelantó el diario local Ideal, la agresión tuvo lugar el pasado miércoles, cuando se produjo una avería en la conexión de la vivienda a internet a consecuencia de la cual quedó interrumpido el juego online en el que participaba, como hacía frecuentemente, el chaval.
Desesperado, acudió en busca de ayuda a su madre, a la que rogó que hiciera algo para restablecer la conexión. Pero la mujer le dijo que no sabía qué hacer y que, además, tenía que marcharse de la casa en ese momento. En ese momento, el joven perdió el control y le clavó la cuchilla en la mano.
El menor fue puesto al poco tiempo a disposición de la Fiscalía de Menores de Granada y fue entonces cuando se vino abajo y se mostró arrepentido al darse cuenta del alcance y la gravedad de sus actos, pero tanto el juez como el fiscal presentes entendieron que lo mejor para él no era regresar a casa y se acordó su traslado, de manera cautelar, a un centro de internamiento.
El objetivo es que en ese centro pueda, primero, ser diagnosticado de lo que parece una clara adicción y, segundo, recibir cuidados especializados para que la supere.
Pero el caso de este adolescente, pese a ser muy llamativo, no es nuevo. Ni por el hecho de que haya agredido a su madre ni por el tipo de adicción que pone de manifiesto. De hecho, en los juzgados de Granada se han multiplicado en los últimos años los asuntos protagonizados por jóvenes o adolescentes adictos a los vídeojuegos.
Hace un par de años, incluso, se difundió el caso de un menor que había pegado una paliza a su madre, que era ciega, rompiéndole la nariz por haberle quitado el ordenador. El agresor llevaba prácticamente sin dormir tres meses enganchado a un juego en red.
El ataque a esta madre en Granada evidencia, asimismo, el crecimiento de un fenómeno sobre el que el Defensor del Pueblo Andaluz ha llamado la atención en sus últimos informes: la violencia de hijos a padres.
Hasta el punto de que, de acuerdo con los datos que maneja el Defensor andaluz y que proceden, a su vez, del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), las agresiones de este tipo se han cuadriplicado en el periodo que va de 2011 a 2016.
Otro dado: desde 2007 a 2013, las sentencias condenatorias por estos delitos aumentaron un 60%.
El "mono"
En relación al caso de Granada, la consejera de Igualdad y Políticas Sociales, María José Sánchez Rubio, señaló que estas adicciones generan «una ansiedad similar a la de otras sustancias o cualquier droga», añadiendo que para resolver este conflicto tendrán que acudir a la mediación «para que no se rompan los lazos entre madre e hijo».
También ha afirmado la titular andaluza de Políticas Sociales que hay que tener «muchísimo cuidado ahora mismo» y que padres y madres «sepan controlar cuando se le dan a los niños herramientas como una tableta, un teléfono o una conexión a internet para que no se produzca un riesgo por consumo excesivo que a una ansiedad, el mono, cuando deja de consumir».
Según la información que ha trascendido, y que adelantó el diario local Ideal, la agresión tuvo lugar el pasado miércoles, cuando se produjo una avería en la conexión de la vivienda a internet a consecuencia de la cual quedó interrumpido el juego online en el que participaba, como hacía frecuentemente, el chaval.
Desesperado, acudió en busca de ayuda a su madre, a la que rogó que hiciera algo para restablecer la conexión. Pero la mujer le dijo que no sabía qué hacer y que, además, tenía que marcharse de la casa en ese momento. En ese momento, el joven perdió el control y le clavó la cuchilla en la mano.
El menor fue puesto al poco tiempo a disposición de la Fiscalía de Menores de Granada y fue entonces cuando se vino abajo y se mostró arrepentido al darse cuenta del alcance y la gravedad de sus actos, pero tanto el juez como el fiscal presentes entendieron que lo mejor para él no era regresar a casa y se acordó su traslado, de manera cautelar, a un centro de internamiento.
El objetivo es que en ese centro pueda, primero, ser diagnosticado de lo que parece una clara adicción y, segundo, recibir cuidados especializados para que la supere.
Pero el caso de este adolescente, pese a ser muy llamativo, no es nuevo. Ni por el hecho de que haya agredido a su madre ni por el tipo de adicción que pone de manifiesto. De hecho, en los juzgados de Granada se han multiplicado en los últimos años los asuntos protagonizados por jóvenes o adolescentes adictos a los vídeojuegos.
Hace un par de años, incluso, se difundió el caso de un menor que había pegado una paliza a su madre, que era ciega, rompiéndole la nariz por haberle quitado el ordenador. El agresor llevaba prácticamente sin dormir tres meses enganchado a un juego en red.
El ataque a esta madre en Granada evidencia, asimismo, el crecimiento de un fenómeno sobre el que el Defensor del Pueblo Andaluz ha llamado la atención en sus últimos informes: la violencia de hijos a padres.
Hasta el punto de que, de acuerdo con los datos que maneja el Defensor andaluz y que proceden, a su vez, del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), las agresiones de este tipo se han cuadriplicado en el periodo que va de 2011 a 2016.
Otro dado: desde 2007 a 2013, las sentencias condenatorias por estos delitos aumentaron un 60%.
El "mono"
En relación al caso de Granada, la consejera de Igualdad y Políticas Sociales, María José Sánchez Rubio, señaló que estas adicciones generan «una ansiedad similar a la de otras sustancias o cualquier droga», añadiendo que para resolver este conflicto tendrán que acudir a la mediación «para que no se rompan los lazos entre madre e hijo».
También ha afirmado la titular andaluza de Políticas Sociales que hay que tener «muchísimo cuidado ahora mismo» y que padres y madres «sepan controlar cuando se le dan a los niños herramientas como una tableta, un teléfono o una conexión a internet para que no se produzca un riesgo por consumo excesivo que a una ansiedad, el mono, cuando deja de consumir».