Ningún profesional que trabaja con ludópatas entiende por qué está permitida la publicidad del juego en internet. “La administración está fomentando la ludopatía”, afirma Pereandreu. “Cuando un ejemplo del esfuerzo diario como Rafa Nadal anuncia una web de póker, quiere decir que tenemos un problema”, añade Juan Lamas. El director de la FEJAR añade que los pacientes de este tipo de apuestas aumentaron “exponencialmente” a partir de que empezaron los anuncios de casas de apuestas.
Lamas, Pereandreu y Jiménez coinciden en el efecto nocivo que tiene la publicidad en los más jóvenes. “Es un hecho demostrado que muchos empezaron a jugar tras ver un anuncio”, afirma la psicóloga de Bellvitge. Otros van más allá y afirman que esa publicidad va directamente dirigida a los menores. Así lo sostiene María José Solé, doctora en sociología, miembro del grupo de expertos del Comité del Audiovisual de Cataluña y especialista en publicidad en menores. “Existen estudios fuera de España que indican que tanto por las melodías como por sus protagonistas estos anuncios van dirigidos a los más jóvenes”, comenta por teléfono. “Está prohibido jugar hasta los 18 pero por otro lado les venden el juego como una actividad saludable y sofisticada”. Esta socióloga catalana considera que, mientras se vende esta imágen de “entretenimiento aceptable”, se pasa por alto los posibles efectos nocivos que pueda tener. “No olvidemos que hablamos de jóvenes en una etapa de desarrollo y construcción de su identidad personal”.
EL PASTEL DE LOS ANUNCIOS
En marzo de 2016 las operadoras de apuestas online invirtieron casi 13 millones en anuncios en medios y webs. El total de 2015 en ese concepto fueron 83 millones. Este dinero es mucho mayor si se le suman los patrocinios y los bonos que se ofrecen para captar a nuevos clientes.
La legislación española reconoce el efecto que tiene esta publicidad en los menores y prohíbe que se anuncien casas de apuestas en horario infantil para protegerlos. Esa prohibición, sin embargo, excluye los eventos deportivos en directo. De esta manera y gracias a esta excepción, las casas de apuestas pueden anunciarse en pleno horario infantil a pesar de reconocer en su código de autoregulación que deben proteger a los menores. María José Solé afirma que a esa excepción en la normativa se la conoce en el sector como la “ley Florentino”, en alusión a las presiones que hizo el presidente del Madrid para así poder llevar una casa de apuestas en su camiseta.
Tanto detractores de esta publicidad como empresarios del sector reconocen en privado que los grandes grupos mediáticos presionaron al Gobierno para que permitiera anunciar casas de apuestas en sus páginas. En la DGOJ, no obstante, dicen no tener constancia de que esto fuera así.
EL ESPAÑOL agendó una entrevista con Alejandro Landaluce, presidente de CEJUEGO, una de las patronales de casas de apuestas en España. Después de hablar con él y remitirle las preguntas por correo electrónico, una empresa de comunicación se puso en contacto con este periódico para explicar que, finalmente, Landaluce no podría atendernos hasta de aquí 20 días como mínimo. Tras el aplazamiento de CEJUEGO se contactó el viernes con la Asociación Española de Juego Digital y no fue posible obtener ningún comentario hasta el lunes. En la Confederación Española de Empresarios del Juego (COFAR), rechazaron participar en este reportaje ya que ellos sólo se dedican al juego presencial.
En la DGOJ, por su parte, consideran “positiva” la publicidad del juego online. “La aparición de personajes conocidos no parece relevante siempre que se atenga a unos parámetros responsables”, responde un portavoz. Preguntado por la inclusión de esos anuncios en horario infantil, responde que se permiten “para reconducir la demanda al entorno legal”.
UN NUEVO PERFIL DE JUGADOR
La imagen de Juan no liga con la del ludópata que tenemos en la cabeza. Tiene aspecto saludable, es joven, futbolista amateur y cuenta con un buen trabajo y una nómina más que decente. Su aspecto de hombre de clase media-alta puede sorprender a quien espere a un ludópata de bar y tragaperras, que todavía suponen el mayor número de adictos al juego en España.
La llegada de la red ha traído a un nuevo tipo de ludópata. La mayoría son hombres, tienen estudios, un buen trabajo y cada vez son más jóvenes. Hasta hace poco los jugadores empezaban de media a los 28 años a apostar. Ahora esa media está ya en los 18 años, según aseguran varios de los expertos consultados.
“Los ludópatas de juego online tienen un estatus socioeconómico más elevado”, describe Jiménez. “Vemos cómo afecta a gente que en un principio dirías que no tiene ningún problema”. Francesc Pereandreu señala en la misma dirección: “Tienen entre 18 y 30 años y muchos son chavales brillantes”.
Otro de los factores diferenciales es su noción de que pueden controlarlo o incluso vivir de ello. "Leía mucho sobre el asunto y pensaba que si me formaba podía ganar dinero con esto", recuerda Juan. "El póker por ejemplo, es un mundo que atrae mucho por su glamour y sus grandes campeonatos", añade la psicóloga Jiménez. "Muchos pacientes nos cuentan que compraron libros antes de empezar a jugar y que ganar era cuestión de estar informado".
Después de tres cuartos de hora contando su historia, a Juan se le ve exhausto. Explica orgulloso que este año se ha comprado una bici y ha podido irse de vacaciones. “Esto me hubiese parecido imposible hace dos años”, señala. “Ahora miro atrás y veo que fui un enfermo”.
Ningún profesional que trabaja con ludópatas entiende por qué está permitida la publicidad del juego en internet. “La administración está fomentando la ludopatía”, afirma Pereandreu. “Cuando un ejemplo del esfuerzo diario como Rafa Nadal anuncia una web de póker, quiere decir que tenemos un problema”, añade Juan Lamas. El director de la FEJAR añade que los pacientes de este tipo de apuestas aumentaron “exponencialmente” a partir de que empezaron los anuncios de casas de apuestas.
Lamas, Pereandreu y Jiménez coinciden en el efecto nocivo que tiene la publicidad en los más jóvenes. “Es un hecho demostrado que muchos empezaron a jugar tras ver un anuncio”, afirma la psicóloga de Bellvitge. Otros van más allá y afirman que esa publicidad va directamente dirigida a los menores. Así lo sostiene María José Solé, doctora en sociología, miembro del grupo de expertos del Comité del Audiovisual de Cataluña y especialista en publicidad en menores. “Existen estudios fuera de España que indican que tanto por las melodías como por sus protagonistas estos anuncios van dirigidos a los más jóvenes”, comenta por teléfono. “Está prohibido jugar hasta los 18 pero por otro lado les venden el juego como una actividad saludable y sofisticada”. Esta socióloga catalana considera que, mientras se vende esta imágen de “entretenimiento aceptable”, se pasa por alto los posibles efectos nocivos que pueda tener. “No olvidemos que hablamos de jóvenes en una etapa de desarrollo y construcción de su identidad personal”.
EL PASTEL DE LOS ANUNCIOS
En marzo de 2016 las operadoras de apuestas online invirtieron casi 13 millones en anuncios en medios y webs. El total de 2015 en ese concepto fueron 83 millones. Este dinero es mucho mayor si se le suman los patrocinios y los bonos que se ofrecen para captar a nuevos clientes.
La legislación española reconoce el efecto que tiene esta publicidad en los menores y prohíbe que se anuncien casas de apuestas en horario infantil para protegerlos. Esa prohibición, sin embargo, excluye los eventos deportivos en directo. De esta manera y gracias a esta excepción, las casas de apuestas pueden anunciarse en pleno horario infantil a pesar de reconocer en su código de autoregulación que deben proteger a los menores. María José Solé afirma que a esa excepción en la normativa se la conoce en el sector como la “ley Florentino”, en alusión a las presiones que hizo el presidente del Madrid para así poder llevar una casa de apuestas en su camiseta.
Tanto detractores de esta publicidad como empresarios del sector reconocen en privado que los grandes grupos mediáticos presionaron al Gobierno para que permitiera anunciar casas de apuestas en sus páginas. En la DGOJ, no obstante, dicen no tener constancia de que esto fuera así.
EL ESPAÑOL agendó una entrevista con Alejandro Landaluce, presidente de CEJUEGO, una de las patronales de casas de apuestas en España. Después de hablar con él y remitirle las preguntas por correo electrónico, una empresa de comunicación se puso en contacto con este periódico para explicar que, finalmente, Landaluce no podría atendernos hasta de aquí 20 días como mínimo. Tras el aplazamiento de CEJUEGO se contactó el viernes con la Asociación Española de Juego Digital y no fue posible obtener ningún comentario hasta el lunes. En la Confederación Española de Empresarios del Juego (COFAR), rechazaron participar en este reportaje ya que ellos sólo se dedican al juego presencial.
En la DGOJ, por su parte, consideran “positiva” la publicidad del juego online. “La aparición de personajes conocidos no parece relevante siempre que se atenga a unos parámetros responsables”, responde un portavoz. Preguntado por la inclusión de esos anuncios en horario infantil, responde que se permiten “para reconducir la demanda al entorno legal”.
UN NUEVO PERFIL DE JUGADOR
La imagen de Juan no liga con la del ludópata que tenemos en la cabeza. Tiene aspecto saludable, es joven, futbolista amateur y cuenta con un buen trabajo y una nómina más que decente. Su aspecto de hombre de clase media-alta puede sorprender a quien espere a un ludópata de bar y tragaperras, que todavía suponen el mayor número de adictos al juego en España.
La llegada de la red ha traído a un nuevo tipo de ludópata. La mayoría son hombres, tienen estudios, un buen trabajo y cada vez son más jóvenes. Hasta hace poco los jugadores empezaban de media a los 28 años a apostar. Ahora esa media está ya en los 18 años, según aseguran varios de los expertos consultados.
“Los ludópatas de juego online tienen un estatus socioeconómico más elevado”, describe Jiménez. “Vemos cómo afecta a gente que en un principio dirías que no tiene ningún problema”. Francesc Pereandreu señala en la misma dirección: “Tienen entre 18 y 30 años y muchos son chavales brillantes”.
Otro de los factores diferenciales es su noción de que pueden controlarlo o incluso vivir de ello. "Leía mucho sobre el asunto y pensaba que si me formaba podía ganar dinero con esto", recuerda Juan. "El póker por ejemplo, es un mundo que atrae mucho por su glamour y sus grandes campeonatos", añade la psicóloga Jiménez. "Muchos pacientes nos cuentan que compraron libros antes de empezar a jugar y que ganar era cuestión de estar informado".
Después de tres cuartos de hora contando su historia, a Juan se le ve exhausto. Explica orgulloso que este año se ha comprado una bici y ha podido irse de vacaciones. “Esto me hubiese parecido imposible hace dos años”, señala. “Ahora miro atrás y veo que fui un enfermo”.