Es un círculo vicioso. Muchos se dedican a trabajar para ganar dinero y jugar. Pero el poco dinero que ganan -con empleos de escasa cualificación- se lo juegan. "Vemos que se refugian en sí mismos, apenas salen de casa. Están centrados en todo lo que rodea al juego, los equipos, las alineaciones...", señaló el psicólogo. Aunque el grueso de los usuarios participa en terapias por problemas relacionados con las máquinas tragaperras y otros juegos, hay ya un 10% de adictos a las apuestas en casi cualquier deporte. No solo los clásicos, como fútbol y tenis -que se erige en uno de los más peligrosos por sus numerosas posibilidades y el hecho de poder saber al instante si se ha ganado o perdido-. También los dardos. Un click es suficiente para pujar de forma instantánea por los resultados de los partidos o por el galgo que resultará más veloz en una carrera. Los bonos de bienvenida de entre 100 y 200 euros sirven de gancho.
Los usuarios, en los casos más alarmantes, tienen deudas "de varios miles de euros"
La asociación malagueña ha sido en los últimos años testigo de situaciones dramáticas. El 90% de los usuarios acude, según sus responsables, una vez que ha generado una deuda ya difícil de asumir, que en los casos más alarmantes puede ser "de varios miles de euros". "Tienen incluso problemas con la justicia por robos o por haber pedido un préstamo que no están pagando. Se han dilapidado su dinero y no se conforman sino que llegan a robar en el trabajo o a la familia", precisó el psicólogo. No en vano, algunos han llegado a sustraer dinero hasta de su empresa para continuar apostando. "Descuidan su trabajo y llegan a ese extremo. Hay denuncias y están pendientes de juicio", afirmó.
El perfil más habitual de estos jugadores responde al de un varón de entre 20 y 30 años con dificultades para afrontar los problemas y un cierto grado de inmadurez. Suelen ser impacientes, impulsivos y con baja inteligencia emocional. La mayoría tiene pareja o está casado y, pese a ello, les cuesta expresar sus sentimientos. "Ven el juego como una forma de ganar dinero fácil y lo usan como refugio. Tienen conocimientos deportivos y eso les da sensación de control sobre las apuestas", detalló el experto.
La Federación Andaluza de Asociaciones de Jugadores de Azar en Rehabilitación desempeña una importante labor de prevención y advierte de los riesgos de la publicidad de las apuestas deportivas. "Procuramos que los anuncios se emitan en un horario que no sea de máxima audiencia para los menores y que, cuando se publiciten, se haga hincapié en los riesgos del juego, igual que se hace con el tabaco", subrayaron desde Amalajer.
También el Centro Provincial de Drogodependencia, dependiente de la Diputación de Málaga y que ofrece terapias motivacionales, reconoce el incremento del número de personas atendidas por su interés desmesurado en las apuestas, que, en palabras del director, Juan Jesús Ruiz, provoca "un destrozo monetario y una desestructuración familia". "El menoscabo puede ser superior al de otras adiciones por la facilidad de acceso y el bombardeo de la publicidad", sentenció.
Tanto este colectivo como la asociación de jugadores de azar en rehabilitación resaltan la responsabilidad de las familias, que incluso participan en terapias grupales. "Deben ayudar al usuario a gestionar las herramientas que dan acceso a internet. La economía debe estar vigilada y, hasta cierto punto, restringida", apuntaron desde Amalajer.
La rehabilitación dura entre dos y tres años
La Asociación Malagueña de jugadores de Azar en Rehabilitación desarrolla dos terapias de autoayuda los lunes y los jueves. Un monitor, ya rehabilitado, aporta su testimonio sobre cómo logró salir adelante. La asistencia se complementa con la ayuda de dos psicólogos que buscan el "alejamiento del juego", con medidas que pasan por evitar el acceso a internet y controlar el dinero, y trabajan para favorecer las actitudes. El tratamiento suele durar, si no hay recaídas, entre dos años y medio y tres.
Es un círculo vicioso. Muchos se dedican a trabajar para ganar dinero y jugar. Pero el poco dinero que ganan -con empleos de escasa cualificación- se lo juegan. "Vemos que se refugian en sí mismos, apenas salen de casa. Están centrados en todo lo que rodea al juego, los equipos, las alineaciones...", señaló el psicólogo. Aunque el grueso de los usuarios participa en terapias por problemas relacionados con las máquinas tragaperras y otros juegos, hay ya un 10% de adictos a las apuestas en casi cualquier deporte. No solo los clásicos, como fútbol y tenis -que se erige en uno de los más peligrosos por sus numerosas posibilidades y el hecho de poder saber al instante si se ha ganado o perdido-. También los dardos. Un click es suficiente para pujar de forma instantánea por los resultados de los partidos o por el galgo que resultará más veloz en una carrera. Los bonos de bienvenida de entre 100 y 200 euros sirven de gancho.
Los usuarios, en los casos más alarmantes, tienen deudas "de varios miles de euros"
La asociación malagueña ha sido en los últimos años testigo de situaciones dramáticas. El 90% de los usuarios acude, según sus responsables, una vez que ha generado una deuda ya difícil de asumir, que en los casos más alarmantes puede ser "de varios miles de euros". "Tienen incluso problemas con la justicia por robos o por haber pedido un préstamo que no están pagando. Se han dilapidado su dinero y no se conforman sino que llegan a robar en el trabajo o a la familia", precisó el psicólogo. No en vano, algunos han llegado a sustraer dinero hasta de su empresa para continuar apostando. "Descuidan su trabajo y llegan a ese extremo. Hay denuncias y están pendientes de juicio", afirmó.
El perfil más habitual de estos jugadores responde al de un varón de entre 20 y 30 años con dificultades para afrontar los problemas y un cierto grado de inmadurez. Suelen ser impacientes, impulsivos y con baja inteligencia emocional. La mayoría tiene pareja o está casado y, pese a ello, les cuesta expresar sus sentimientos. "Ven el juego como una forma de ganar dinero fácil y lo usan como refugio. Tienen conocimientos deportivos y eso les da sensación de control sobre las apuestas", detalló el experto.
La Federación Andaluza de Asociaciones de Jugadores de Azar en Rehabilitación desempeña una importante labor de prevención y advierte de los riesgos de la publicidad de las apuestas deportivas. "Procuramos que los anuncios se emitan en un horario que no sea de máxima audiencia para los menores y que, cuando se publiciten, se haga hincapié en los riesgos del juego, igual que se hace con el tabaco", subrayaron desde Amalajer.
También el Centro Provincial de Drogodependencia, dependiente de la Diputación de Málaga y que ofrece terapias motivacionales, reconoce el incremento del número de personas atendidas por su interés desmesurado en las apuestas, que, en palabras del director, Juan Jesús Ruiz, provoca "un destrozo monetario y una desestructuración familia". "El menoscabo puede ser superior al de otras adiciones por la facilidad de acceso y el bombardeo de la publicidad", sentenció.
Tanto este colectivo como la asociación de jugadores de azar en rehabilitación resaltan la responsabilidad de las familias, que incluso participan en terapias grupales. "Deben ayudar al usuario a gestionar las herramientas que dan acceso a internet. La economía debe estar vigilada y, hasta cierto punto, restringida", apuntaron desde Amalajer.
La rehabilitación dura entre dos y tres años
La Asociación Malagueña de jugadores de Azar en Rehabilitación desarrolla dos terapias de autoayuda los lunes y los jueves. Un monitor, ya rehabilitado, aporta su testimonio sobre cómo logró salir adelante. La asistencia se complementa con la ayuda de dos psicólogos que buscan el "alejamiento del juego", con medidas que pasan por evitar el acceso a internet y controlar el dinero, y trabajan para favorecer las actitudes. El tratamiento suele durar, si no hay recaídas, entre dos años y medio y tres.