En cuanto a los juegos de gestión privada, los casinos se asignan un 6,8% del total de jugadores en 2016, lo que equivale a unos 2,3 millones de personas. El bingo presenta un ligero crecimiento en 2016, llegando al 9%, frente al 8,2% de 2015. El público de casinos y bingos está cambiando actualmente hacía clientes más jóvenes que perciben el juego como una alternativa de ocio y entretenimiento. En el caso de los salones de juego, la cantidad de clientes crece en paralelo al número de locales que en los últimos años ha aumentado en más de dos centenares (de los 2.362 registrados en 2013 a los 2.556 en 2015, según datos del último Anuario del juego en España 2015/16). En 2016, el 5,4% de la población entre 18 y 75 años recuerda haber ido a uno. En tres años, el número de clientes de salones ha aumentado de 1,2 millones de personas (3,5%) a casi dos millones, gracias a una profunda renovación de la oferta de juego y remodelación de los salones.
En 2016, permanece estable – entre un 16% y un 18% – el porcentaje de personas que no juegan y crece el número de jugadores que juegan con alguna frecuencia, sobre todo alguna vez a la semana (21,4% respecto al 18,9% en 2015) o alguna vez al mes (6,9% frente al 3,6% de 2015).
Las apuestas deportivas presenciales siguen la misma tendencia al crecimiento registrada en los últimos años. En 2016, el 5,1% de la población adulta (el equivalente a 1,8 millones de personas) probó suerte con este tipo de apuestas frente al 3,8% registrado en 2015. Los jugadores de apuestas son básicamente hombres (el 9,1% respecto al 1,1% de mujeres) y casi la mitad tiene menos de 35 años, con representación en todos los estratos sociales.
En el ámbito online, en 2016 se incrementó en 100.000 personas el número de jugadores. Los jugadores activos durante el año, que hayan conectado alguna vez con alguna web de juego, se pueden estimar en 2016 en 1,38 millones – el equivalente a 3,6% de la población entre 18 y 75 años (según datos de la DGOJ) frente a los 985.333 registrados en 2015. El jugador online es mayoritariamente masculino (83,3%), joven –el 86,8% es menor de 45 años – y tiene un estatus social medio-alto.
La incidencia del juego problemático se mantiene en el 0,3% de la población entre 18 y 75 años, lo que en números absolutos significa menos de 100.000 personas. Este dato (0,3%) es coherente con los resultados de los estudios patrocinados por la Dirección General de Ordenación del Juego (2015), la Sociedad Estatal de Loterías y Apuestas del Estado (2013) y la Consejería de Interior de Cataluña (2007); todos coincidentes en porcentajes entre el 0,2% y el 0,3%. Este porcentaje reducido reitera que en España el juego problemático no representa un problema socialmente hablando, y por lo tanto las políticas públicas de prevención deben ser más individualizadas y no tan generalistas. El perfil de los afectados se encuentra en torno a los 25 años, con un estatus social medio y alto. El estudio lleva además a la conclusión de que la incidencia del juego problemático es más pronunciada en el ámbito online, habiendo una elevada correlación entre los niveles de riesgo de juego problemático y la duración de las sesiones de juego por internet.
La novedad de esta octava edición reside en la estrecha relación que se establece entre la sensibilidad ante el juego problemático y la satisfacción ante la vida. La sensibilidad a las adicciones es resultado de problemas personales de fondo, y no a la inversa, ya que hay una estrecha vinculación entre los problemas cognitivos implicados en la adicción al juego y la percepción negativa del bienestar personal.
Por iniciativa de la Fundación Codere, la Fundación Bruno Visentini, ligada a la Universidad LUISS “Guido Carli” de Roma, ha elaborado la réplica italiana de este estudio en un informe titulado – La percezione sociale del gioco d´azzardo in Italia – el primer estudio de esta naturaleza en Italia, recientemente publicado y presentado a la sociedad italiana en el marco de un evento que contó con la presencia de importantes personalidades del ámbito político y sectorial de Italia.
En cuanto a los juegos de gestión privada, los casinos se asignan un 6,8% del total de jugadores en 2016, lo que equivale a unos 2,3 millones de personas. El bingo presenta un ligero crecimiento en 2016, llegando al 9%, frente al 8,2% de 2015. El público de casinos y bingos está cambiando actualmente hacía clientes más jóvenes que perciben el juego como una alternativa de ocio y entretenimiento. En el caso de los salones de juego, la cantidad de clientes crece en paralelo al número de locales que en los últimos años ha aumentado en más de dos centenares (de los 2.362 registrados en 2013 a los 2.556 en 2015, según datos del último Anuario del juego en España 2015/16). En 2016, el 5,4% de la población entre 18 y 75 años recuerda haber ido a uno. En tres años, el número de clientes de salones ha aumentado de 1,2 millones de personas (3,5%) a casi dos millones, gracias a una profunda renovación de la oferta de juego y remodelación de los salones.
En 2016, permanece estable – entre un 16% y un 18% – el porcentaje de personas que no juegan y crece el número de jugadores que juegan con alguna frecuencia, sobre todo alguna vez a la semana (21,4% respecto al 18,9% en 2015) o alguna vez al mes (6,9% frente al 3,6% de 2015).
Las apuestas deportivas presenciales siguen la misma tendencia al crecimiento registrada en los últimos años. En 2016, el 5,1% de la población adulta (el equivalente a 1,8 millones de personas) probó suerte con este tipo de apuestas frente al 3,8% registrado en 2015. Los jugadores de apuestas son básicamente hombres (el 9,1% respecto al 1,1% de mujeres) y casi la mitad tiene menos de 35 años, con representación en todos los estratos sociales.
En el ámbito online, en 2016 se incrementó en 100.000 personas el número de jugadores. Los jugadores activos durante el año, que hayan conectado alguna vez con alguna web de juego, se pueden estimar en 2016 en 1,38 millones – el equivalente a 3,6% de la población entre 18 y 75 años (según datos de la DGOJ) frente a los 985.333 registrados en 2015. El jugador online es mayoritariamente masculino (83,3%), joven –el 86,8% es menor de 45 años – y tiene un estatus social medio-alto.
La incidencia del juego problemático se mantiene en el 0,3% de la población entre 18 y 75 años, lo que en números absolutos significa menos de 100.000 personas. Este dato (0,3%) es coherente con los resultados de los estudios patrocinados por la Dirección General de Ordenación del Juego (2015), la Sociedad Estatal de Loterías y Apuestas del Estado (2013) y la Consejería de Interior de Cataluña (2007); todos coincidentes en porcentajes entre el 0,2% y el 0,3%. Este porcentaje reducido reitera que en España el juego problemático no representa un problema socialmente hablando, y por lo tanto las políticas públicas de prevención deben ser más individualizadas y no tan generalistas. El perfil de los afectados se encuentra en torno a los 25 años, con un estatus social medio y alto. El estudio lleva además a la conclusión de que la incidencia del juego problemático es más pronunciada en el ámbito online, habiendo una elevada correlación entre los niveles de riesgo de juego problemático y la duración de las sesiones de juego por internet.
La novedad de esta octava edición reside en la estrecha relación que se establece entre la sensibilidad ante el juego problemático y la satisfacción ante la vida. La sensibilidad a las adicciones es resultado de problemas personales de fondo, y no a la inversa, ya que hay una estrecha vinculación entre los problemas cognitivos implicados en la adicción al juego y la percepción negativa del bienestar personal.
Por iniciativa de la Fundación Codere, la Fundación Bruno Visentini, ligada a la Universidad LUISS “Guido Carli” de Roma, ha elaborado la réplica italiana de este estudio en un informe titulado – La percezione sociale del gioco d´azzardo in Italia – el primer estudio de esta naturaleza en Italia, recientemente publicado y presentado a la sociedad italiana en el marco de un evento que contó con la presencia de importantes personalidades del ámbito político y sectorial de Italia.