Alonso ha indicado que se trata de un ambicioso análisis que ofrece un diagnóstico sobre la prevalencia del juego, los perfiles de los jugadores o las características psico-sociales “que nos permitirá trabajar para dar respuesta a las necesidades implementando intervenciones preventivas en los ámbitos escolar y familiar” y ha añadido que “asistimos a un aumento preocupante de los juegos de apuestas entre la población adolescentes debido, en gran medida, a las nuevas tecnologías e Internet”.
Entre otras cuestiones, el estudio pone de manifiesto que del 28,5% de los jóvenes encuestados que han manifestado haber jugado alguna vez, 4,9% son jugadores de riesgo y 1,2% superó el criterio para ser considerado jugador problemático, unos datos coherentes con otras investigaciones similares.
“Con este estudio estamos en la vanguardia de un problema que se nos ha echado encima”, ha indicado Lloret, quien ha matizado que se hará un seguimiento a lo largo de los tres próximos años de una representación de adolescentes para ver la evolución de las distintas cuestiones analizadas.
Por edades se constata, ha explicado Lloret, un incremento progresivo de juego de apuestas hasta los 16 años mientras que en género hay una gran diferencia (46,3% de los chicos y 18,7% de las chicas). Las diferencias por comarcas son muy pequeñas, aunque en la Vega Baja es donde mayor frecuencia de juego se ha observado.
Las modalidades más utilizadas son, por este orden, las apuestas deportivas tanto en salones como online, las máquinas tragaperras en salones o bares, póker o casinos online y ruletas en salones. La principal motivación es ganar dinero “aunque conforme se incrementa la frecuencia aparece con más fuerza el motivo afrontamiento, es decir, el juego como una forma de olvidar los problemas, algo que es muy preocupante”, ha destacado el profesor. La facilidad de acceder al juego, la percepción del entorno y la alta visibilidad mediática, como demuestra el incremento en los últimos tres años de la publicidad dedicada al juego de apuestas, son factores que incluyen en su práctica. Además, ha destacado, “existe una correlación entre la actitud de los padres y la intensidad del juego”.
Alonso ha indicado que se trata de un ambicioso análisis que ofrece un diagnóstico sobre la prevalencia del juego, los perfiles de los jugadores o las características psico-sociales “que nos permitirá trabajar para dar respuesta a las necesidades implementando intervenciones preventivas en los ámbitos escolar y familiar” y ha añadido que “asistimos a un aumento preocupante de los juegos de apuestas entre la población adolescentes debido, en gran medida, a las nuevas tecnologías e Internet”.
Entre otras cuestiones, el estudio pone de manifiesto que del 28,5% de los jóvenes encuestados que han manifestado haber jugado alguna vez, 4,9% son jugadores de riesgo y 1,2% superó el criterio para ser considerado jugador problemático, unos datos coherentes con otras investigaciones similares.
“Con este estudio estamos en la vanguardia de un problema que se nos ha echado encima”, ha indicado Lloret, quien ha matizado que se hará un seguimiento a lo largo de los tres próximos años de una representación de adolescentes para ver la evolución de las distintas cuestiones analizadas.
Por edades se constata, ha explicado Lloret, un incremento progresivo de juego de apuestas hasta los 16 años mientras que en género hay una gran diferencia (46,3% de los chicos y 18,7% de las chicas). Las diferencias por comarcas son muy pequeñas, aunque en la Vega Baja es donde mayor frecuencia de juego se ha observado.
Las modalidades más utilizadas son, por este orden, las apuestas deportivas tanto en salones como online, las máquinas tragaperras en salones o bares, póker o casinos online y ruletas en salones. La principal motivación es ganar dinero “aunque conforme se incrementa la frecuencia aparece con más fuerza el motivo afrontamiento, es decir, el juego como una forma de olvidar los problemas, algo que es muy preocupante”, ha destacado el profesor. La facilidad de acceder al juego, la percepción del entorno y la alta visibilidad mediática, como demuestra el incremento en los últimos tres años de la publicidad dedicada al juego de apuestas, son factores que incluyen en su práctica. Además, ha destacado, “existe una correlación entre la actitud de los padres y la intensidad del juego”.