Disminuyen los jugadores online
A pesar del importante despliegue publicitario de esta modalidad, en el último año destaca el significativo descenso del 43% de quienes recuerdan haber jugado online en los dos últimos meses: según datos del Informe, de las 650.000 personas que declararon haber jugado online a lo largo de 2014, sólo 240.000 confirmaron estar registradas en alguna página de juego online y el resto lo formarían personas que, o bien están registradas y juegan muy ocasionalmente, o no lo hacen nunca.

Además, y contrariamente a lo que se cree, la edad media del jugador online aumenta: el último año, cerca del 55% de los jugadores online era mayor de 35 años. Entre las razones que señala este estudio destaca el hecho de que el paro juvenil reduce el dinero que los jóvenes dedican al ocio en general y especialmente al juego; además, fundamentalmente, se apunta a una cierta “maduración” del perfil sociológico del jugador y al descenso de jugadores inmigrantes en los últimos años.

Por Comunidades Autónomas, el Informe destaca un mapa estable del juego online en España: si bien, en una gran parte, el consumo se mantiene bastante plano o con leves crecimientos respecto a 2013 como en la Comunidad de Madrid -que concentra a un 23,9% de los jugadores online estables (casi la cuarta parte del total de España)-, Asturias (2,3%) y Canarias (2,6%). Sin embargo, en otras Comunidades como País Vasco (7,5%), Murcia (4,1%) y Cataluña 16,8%, experimentan crecimientos importantes, en torno a tres puntos por encima del año anterior. En contraposición, Castilla la Mancha (2,3%), la Comunidad Valenciana (10,2%) o Galicia (5,5%), experimentan caídas más significativas en el consumo online el último año.

Por otra parte, las encuestas apuntan a un aumento en el consumo de modalidades de juegos tradicionales en su modalidad online: loterías primitivas (42,2%), quinielas (26,7%) o la Lotería (24,7%), aunque muchos usuarios consideran internet más un canal que un formato de ocio en sí mismo. Es decir, en muchas ocasiones, los usuarios incorporan en esta opción las acciones de compra de boletos, comprobación de resultados o administraciones, por lo que los datos no responden exactamente a la realidad del consumo.

La facilidad de acceso que permiten las nuevas tecnologías e internet en los hogares, casi al alcance de todo el mundo, lleva erróneamente a asumir conclusiones precipitadas que han demonizado al juego online. Sin embargo, el estudio confirma, un año más, que lo que habitualmente conocemos por jugador online se corresponde más con un internauta que juega y no con un jugador que se ha pasado a “internet”. De hecho, esta es una de las premisas que explican el abuso de los menores de internet. Una problemática que acaba de ser abordada por el Senado, con la elaboración de una propuesta para reducir los riesgos y proteger los derechos de los menores y que contemplará cambios educativos, legislativos y nuevas herramientas de “verificación” de edad.

Los juegos preferidos por los españoles
En el último año, destaca el dinamismo de las apuestas deportivas presenciales que han experimentado un importante crecimiento del 25%, hasta alcanzar 1,2 millones de apostantes, originado –fundamentalmente- por la apertura de nuevos mercados regulados en España y por un consumo mayoritariamente de jóvenes (movidos por su interés y atracción por los deportes).

Su modalidad online se sitúa a la cabeza de las actividades más demandadas en este ámbito (57,6%), seguido por los juegos de casino (28,8%) o el bingo (21,3%). Otras modalidades como el póquer online, que tuvieron un gran impulso en años anteriores, han perdido usuarios en España, disminuyendo desde 2012 en 5,3 puntos en póquer rooms y torneos de pago y en 1,9 puntos, apostando en cada mano.

El VI Informe “Percepción social sobre el juego de azar en España 2015” refleja cómo la crisis ha marcado profundamente las conductas de consumo de juego de los españoles en los últimos años y cómo el juego en nuestro país ha ido alcanzando un mayor grado de madurez en sus distintas modalidades. Cabe destacar que el crecimiento del consumo del juego en España se “normaliza” socialmente y se desarrolla de manera ordenada, alejando a esta actividad de ocio de la errónea percepción de su vinculación con altos porcentajes de juego problemático.

Disminuyen los jugadores online
A pesar del importante despliegue publicitario de esta modalidad, en el último año destaca el significativo descenso del 43% de quienes recuerdan haber jugado online en los dos últimos meses: según datos del Informe, de las 650.000 personas que declararon haber jugado online a lo largo de 2014, sólo 240.000 confirmaron estar registradas en alguna página de juego online y el resto lo formarían personas que, o bien están registradas y juegan muy ocasionalmente, o no lo hacen nunca.

Además, y contrariamente a lo que se cree, la edad media del jugador online aumenta: el último año, cerca del 55% de los jugadores online era mayor de 35 años. Entre las razones que señala este estudio destaca el hecho de que el paro juvenil reduce el dinero que los jóvenes dedican al ocio en general y especialmente al juego; además, fundamentalmente, se apunta a una cierta “maduración” del perfil sociológico del jugador y al descenso de jugadores inmigrantes en los últimos años.

Por Comunidades Autónomas, el Informe destaca un mapa estable del juego online en España: si bien, en una gran parte, el consumo se mantiene bastante plano o con leves crecimientos respecto a 2013 como en la Comunidad de Madrid -que concentra a un 23,9% de los jugadores online estables (casi la cuarta parte del total de España)-, Asturias (2,3%) y Canarias (2,6%). Sin embargo, en otras Comunidades como País Vasco (7,5%), Murcia (4,1%) y Cataluña 16,8%, experimentan crecimientos importantes, en torno a tres puntos por encima del año anterior. En contraposición, Castilla la Mancha (2,3%), la Comunidad Valenciana (10,2%) o Galicia (5,5%), experimentan caídas más significativas en el consumo online el último año.

Por otra parte, las encuestas apuntan a un aumento en el consumo de modalidades de juegos tradicionales en su modalidad online: loterías primitivas (42,2%), quinielas (26,7%) o la Lotería (24,7%), aunque muchos usuarios consideran internet más un canal que un formato de ocio en sí mismo. Es decir, en muchas ocasiones, los usuarios incorporan en esta opción las acciones de compra de boletos, comprobación de resultados o administraciones, por lo que los datos no responden exactamente a la realidad del consumo.

La facilidad de acceso que permiten las nuevas tecnologías e internet en los hogares, casi al alcance de todo el mundo, lleva erróneamente a asumir conclusiones precipitadas que han demonizado al juego online. Sin embargo, el estudio confirma, un año más, que lo que habitualmente conocemos por jugador online se corresponde más con un internauta que juega y no con un jugador que se ha pasado a “internet”. De hecho, esta es una de las premisas que explican el abuso de los menores de internet. Una problemática que acaba de ser abordada por el Senado, con la elaboración de una propuesta para reducir los riesgos y proteger los derechos de los menores y que contemplará cambios educativos, legislativos y nuevas herramientas de “verificación” de edad.

Los juegos preferidos por los españoles
En el último año, destaca el dinamismo de las apuestas deportivas presenciales que han experimentado un importante crecimiento del 25%, hasta alcanzar 1,2 millones de apostantes, originado –fundamentalmente- por la apertura de nuevos mercados regulados en España y por un consumo mayoritariamente de jóvenes (movidos por su interés y atracción por los deportes).

Su modalidad online se sitúa a la cabeza de las actividades más demandadas en este ámbito (57,6%), seguido por los juegos de casino (28,8%) o el bingo (21,3%). Otras modalidades como el póquer online, que tuvieron un gran impulso en años anteriores, han perdido usuarios en España, disminuyendo desde 2012 en 5,3 puntos en póquer rooms y torneos de pago y en 1,9 puntos, apostando en cada mano.

El VI Informe “Percepción social sobre el juego de azar en España 2015” refleja cómo la crisis ha marcado profundamente las conductas de consumo de juego de los españoles en los últimos años y cómo el juego en nuestro país ha ido alcanzando un mayor grado de madurez en sus distintas modalidades. Cabe destacar que el crecimiento del consumo del juego en España se “normaliza” socialmente y se desarrolla de manera ordenada, alejando a esta actividad de ocio de la errónea percepción de su vinculación con altos porcentajes de juego problemático.