Sábado 27 de Enero de 2018
10,00-13,00 Curso de Calidad a cargo de EKOTONIA
Ponente: Pilar Sevilla, directora Ekotonia
Sábado 27 de Enero de 2018
17,00 Inauguración oficial Curso de Monitores Voluntarios
Ponente: Raquel Castro Bohórquez, psicóloga de AMALAJER y colaboradora FAJER
17,30-20,30 Contenidos:
1.- Los Voluntarios: Derechos y Deberes
2.- Conceptos de Monitores
3.- Acogida
* Cualidades del Monitor de Acogida
* Metodología de las Acogidas
* Contenidos de la Acogida
* Tipos de Acogida
4.- Características de un Monitor
Domingo 28 de Enero de 2018
10,00-13,00
5.- Tipos de Grupos
6.- ¿Por qué separar en niveles los distintos grupos?: Estadios de Cambio
7.- Normas de Terapia y objetivos de Grupos
8.- Importancia del bienestar del Monitor
Málaga 27 y 28 de Enero de 2018
Read more: Curso de Voluntariado de FAJER 27 y 28 de Enero en el Rincón de la Victoria
En este sentido, los expertos identifican la "tolerancia" como uno de los principales factores para identificar la dependencia a los videojuegos: cada vez se necesita jugar más tiempo o a más juegos. Paralelamente, puede aparecer un comportamiento irritable y constantes cambios de humor como síntomas de abstinencia cuando no se juega. Pero conviene tener en cuenta que "ni la tolerancia ni la abstinencia son condiciones necesarias ni suficientes para diagnosticar una dependencia", de acuerdo al Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales.
Prioridad del juego sobre las necesidades vitales
La OMS advierte que el jugador adicto sufre un cambio emocional y cognitivo; comienza a preocuparse cuando no está jugando y piensa de manera obsesiva en el juego hasta tal punto que puede dejar de lado sus intereses sociales y necesidades vitales.
Posibles indicios de una adicción a los videojuegos serían el absentismo escolar o laboral, el descuido de la higiene personal y la adopción de hábitos como dejar de comer o dormir para dedicar más tiempo a los videojuegos.
No obstante, los expertos matizan que estos hábitos han de mantenerse en el tiempo para ser considerados síntomas, es decir, no basta con que una persona pase más tiempo frente a la pantalla que atendiendo otros aspectos de su vida durante un fin de semana, sino que debe manifestarse "durante al menos 12 meses", según la OMS.
Continuación o escalada de la conducta pese a las consecuencias
Los adictos a los videojuegos pueden sufrir problemas físicos como dolores de espalda o jaqueca, y psicólogicos como la depresión o la falta de autoestima, pero los patrones de juego "suelen persistir pese a que se pueda tener conciencia del incremento del riesgo de daño para el individuo u otras personas", advierte la OMS.
A este respecto, el experto en Psicología Walter Capa señala que la incapacidad de dejar de jugar a videojuegos por parte de los adictos que tienen voluntad de hacerlo, genera en ellos tal frustración que les hace caer paulatinamente en un "círculo vicioso" de deterioro. En otras palabras, los adictos son conscientes de que los videojuegos les perjudican, pero no pueden dejarlos.
La continuación de la conducta es clave para diferenciar la adicción a los videojuegos del uso abusivo de los videojuegos, puesto que evidencia un proceso de dependencia similar al de los drogodependientes con la particularidad de que la adicción a los videojuegos "no se explica por una acción biológica o bioquímica, sino que en este caso es psicológica", a juicio de la psicóloga Clara Marco.
Según la información que ha trascendido, y que adelantó el diario local Ideal, la agresión tuvo lugar el pasado miércoles, cuando se produjo una avería en la conexión de la vivienda a internet a consecuencia de la cual quedó interrumpido el juego online en el que participaba, como hacía frecuentemente, el chaval.
Desesperado, acudió en busca de ayuda a su madre, a la que rogó que hiciera algo para restablecer la conexión. Pero la mujer le dijo que no sabía qué hacer y que, además, tenía que marcharse de la casa en ese momento. En ese momento, el joven perdió el control y le clavó la cuchilla en la mano.
El menor fue puesto al poco tiempo a disposición de la Fiscalía de Menores de Granada y fue entonces cuando se vino abajo y se mostró arrepentido al darse cuenta del alcance y la gravedad de sus actos, pero tanto el juez como el fiscal presentes entendieron que lo mejor para él no era regresar a casa y se acordó su traslado, de manera cautelar, a un centro de internamiento.
El objetivo es que en ese centro pueda, primero, ser diagnosticado de lo que parece una clara adicción y, segundo, recibir cuidados especializados para que la supere.
Pero el caso de este adolescente, pese a ser muy llamativo, no es nuevo. Ni por el hecho de que haya agredido a su madre ni por el tipo de adicción que pone de manifiesto. De hecho, en los juzgados de Granada se han multiplicado en los últimos años los asuntos protagonizados por jóvenes o adolescentes adictos a los vídeojuegos.
Hace un par de años, incluso, se difundió el caso de un menor que había pegado una paliza a su madre, que era ciega, rompiéndole la nariz por haberle quitado el ordenador. El agresor llevaba prácticamente sin dormir tres meses enganchado a un juego en red.
El ataque a esta madre en Granada evidencia, asimismo, el crecimiento de un fenómeno sobre el que el Defensor del Pueblo Andaluz ha llamado la atención en sus últimos informes: la violencia de hijos a padres.
Hasta el punto de que, de acuerdo con los datos que maneja el Defensor andaluz y que proceden, a su vez, del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), las agresiones de este tipo se han cuadriplicado en el periodo que va de 2011 a 2016.
Otro dado: desde 2007 a 2013, las sentencias condenatorias por estos delitos aumentaron un 60%.
En relación al caso de Granada, la consejera de Igualdad y Políticas Sociales, María José Sánchez Rubio, señaló que estas adicciones generan «una ansiedad similar a la de otras sustancias o cualquier droga», añadiendo que para resolver este conflicto tendrán que acudir a la mediación «para que no se rompan los lazos entre madre e hijo».
También ha afirmado la titular andaluza de Políticas Sociales que hay que tener «muchísimo cuidado ahora mismo» y que padres y madres «sepan controlar cuando se le dan a los niños herramientas como una tableta, un teléfono o una conexión a internet para que no se produzca un riesgo por consumo excesivo que a una ansiedad, el mono, cuando deja de consumir».