Tras años de trabajo, la primera conclusión a la que ha llegado es que es prácticamente imposible establecer un perfil definido de los jugadores de timbas de póquer ilegales. Desde trabajadores a desempleados, pasando por pensionistas o empresarios de postín que apuestan grandes cantidades en partidas organizadas en Marbella.
Jiménez defiende la no implicación emotiva de sus agentes, pero en su memoria tiene un buen número de casos que ponen de relieve los microdramas que se esconden detrás de cada mano de cartas. «Recuerdo cómo a nuestro subinspector acudió una mujer para pedirnos ayuda entre lágrimas porque su marido se había gastado 500 euros en una noche o una ocasión en la que un jugador puso sobre la mesa las llaves de su coche para hacer una apuesta», relató.
El abogado que representa a la plataforma. Ricardo Fábrega, indica que este tipo de prácticas también son realizadas por otras empresas del sector, “vulnerando los derechos de los apostantes de forma flagrante” sin que la Dirección General de Ordenación del Juego haya tomado cartas en el asunto.
Los especialistas apuntan que existe una línea fina a la hora de determinar si las casas de apuestas cometen una estafa al arrogarse el derecho de cambiar las condiciones de la apuesta sobre la marcha. José Manuel Mouronte Álvarez, de la web especializada Apuesta10.es, considera que es lícito que las empresas del sector establezcan limitaciones generales para acotar las pérdidas a asumir cuando se trata de mercados secundarios, es decir, aquellos que no tienen la suficiente liquidez para garantizar el pago a las apuestas ganadoras. “Ahora bien, lo que es realmente una injusticia y una vergüenza es que existan límites hacia una persona y que esos límites no sean generales”, señala.
La causa de estas limitaciones personales es la incapacidad de las casas de apuestas por controlar todos estos mercados secundarios. Un jugador puede especializarse en un determinado nicho (como por ejemplo la liga rumana de fútbol femenino) e intentar lograr importantes rentabilidades invirtiendo dinero de forma continuada. Ante la incapacidad de las empresas del sector de controlar todas las competiciones a lo largo y ancho del planeta, se establecen las citadas limitaciones.
No es la primera vez que la casa de apuestas acaba en los tribunales, ya que el pasado febrero un juzgado de Cádiz dio la razón a un apostante que reclamó la existencia de cláusulas abusivas en el contrato. Según la abogada que llevó el caso, María nieves Gómez, del bufete Gómez Villegas, Bet365 y otras empresas del sector “establecen reglas particulares para tener el poder omnímodo para modificar las cuotas de la apuestas en el momento que le sean más beneficioso económicamente, dejando a su único arbitrio la posición del que puja”.
Tal como informa La Voz Digital, el denunciante realizó seis apuestas a favor de la victoria de un equipo de fútbol femenino de la liga rumana. Al acabar el partido, Bet365 anuló una de las apuestas y recalculó las ganancias de las otras, dejando de pagar 2.521 euros que le correspondían por la victoria. La magistrada María del Pilar Benito, del juzgado número 2 de Sanlucar de Barrameda condenó a la casa de apuestas a pagar este dinero al denunciante, así como las cotas por considerar “abusiva” la cláusula que permite a la empresa realizar este tipo de prácticas y que se incluye en el contrato previo a la admisión del jugador en el sistema de apuestas.
Estas reclamaciones legales se producen en un momento en el que el sector del juego a través de Internet está experimentando una explosión de la demanda sin precedentes. En el primer trimestre del año los españoles apostaron 2.661 millones de euros a través de la Red, lo que supone más de 10.600 millones de euros anuales. El crecimiento respecto al pasado año supera el 30%.
Bet365 no es la única casa de apuestas online que ha recibido un varapalo en los tribunales. Bwin (cuya denominación es Electraworks España Plc) también ha sido condenada por anular de forma indebida varias apuestas a un cliente, debiendo abonar las ganancias integras más los intereses correspondientes. La razón de la denuncia es la misma que en el caso del afectado de Bet365 en Cádiz, la existencia de cláusulas abusivas en las que la empresa se reserva el derecho de anular o modificar las apuestas.
El juego patológico es la "adicción comportamental" (que no necesita de sustancias) que más frecuentemente se asocia con trastornos mentales, llegando hasta el 96 por ciento de los casos. En general, los trastornos más frecuentes en las adicciones de este tipo son la ansiedad, cuadros depresivos, el trastorno obsesivo compulsivo y el de Déficit de Atención (TDAH).
Además de la adicción al juego, Internet también ofrece una "disponibilidad absoluta de otras opciones" como la compra compulsiva o el enganche a redes sociales, como explicó el doctor Ferre.
Y el modo más inmediato de acceder a estos comportamientos es el teléfono móvil, que hace que el contacto "se convierta en compulsivo". También permite que se desarrolle lo que podría ser una nueva adicción y es la dependencia emocional, un problema en auge pero que no ha sido claramente definido aún por los especialistas, que trabajan ahora en realizar un instrumento de medida.
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