Al inicio de la crisis, hace cinco años, los italianos se jugaban unos 15.000 millones de euros, cifra que ha pasado a 80.000 millones en el 2011. El Estado ganó 10.000 millones, prácticamente lo mismo que las organizaciones criminales: 41 clanes mafiosos meten la mano en el sector, limitando los ingresos fiscales del Estado.
Cada italiano se juega una media de 2.125 euros al año. No se da un paso sin tener abierta la posibilidad del juego: en el bar, el estanco, en el bingo, bajo casa, junto a la oficina, en la red… Italia está sembrada con más de 700.000 máquinas de juego distribuidas en 1500 salas, abiertas 365 días al año.
Se calcula que en Italia hay 34 millones de personas, más de la mitad de la población, «aficionados» al juego. «Se trata de una burbuja que se infla cada día un poco más», explica el sociólogo Maurizio Fiasco, quien hace una durísima denuncia de la publicidad que se hace del juego: «La promoción que se hace del juego es particularmente atractiva, porque muestran cómo un ama de casa, por ejemplo, puede cómodamente desde el sofá de su casa, proyectarse en un mundo fantástico y lleno de posibilidades. Se eligen actores con imagen de credibilidad que puedan inducir fácilmente a la imitación. Se viola así el derecho a la salud, el derecho de los consumidores y el derecho a no ser manipulados por mensajes publicitarios».
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La doctora Susana Jiménez, responsable de la Unidad de Juego Patológico del Hospital de Bellvitge y coordinadora de un estudio, asegura que “ahora llegan a la consulta pacientes más jóvenes, con estudios universitarios y con niveles socioeconómicos más elevados” como consecuencia de la popularización del juego por Internet, que ha cambiado el perfil del paciente con problemas de adicción.
De esta forma, los pacientes más jóvenes, de entre 17 y 35 años, tienen más tendencia a la impulsividad y a buscar nuevas sensaciones que actúan como factores precipitantes de la adicción al juego; mientras que para las personas de edad avanzada, de entre 55 y 86 años, el juego es una vía para “modular estados emocionales negativos, huir de sentimientos de soledad, insatisfacción o malestar físico”.
Una de las conclusiones del estudio –publicado en la revista Journal of Gambling Studies– es que el juego patológico es un trastorno transitorio y episódico en la vida del paciente ya que hay determinados momentos de la vida en los que se puede controlar mejor esta conducta. También revela que las mujeres se inician más tardíamente en el juego, hacia los 35-40 años, mientras que los hombres empiezan a jugar más jóvenes.
“El único factor de la personalidad que no varía con la edad es la autodirección, la capacidad de tomar las riendas de nuestra vida, de ser persistentes con un objetivo”, un rasgo que, según la investigadora, es “bajo en todas las etapas y que puede dar la clave para actuar en el tratamiento y en la prevención del trastorno”.
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Gran participación institucional con la sistencia de la Delegada Territorial de Salud de Huelva, la 1ª Teniente Alcalde del Ayuntamiento de Punta Umbria, la Coordinadora Provincial del Voluntariado en Huelva y el Delegado de la Viceconsejeria de la Junta de Andalucia en Huelva, así como representantes de Colectivos, asistiendo una representacion de AONUJER, Presidente, Secretario y Trabajadora Social. Finalizando con un aperitivo.