La dependencia del móvil provoca un riesgo evidente y su uso excesivo puede llevar a descuidos que en la playa o en la piscina pueden tener consecuencias fatales. Cada vez son más los niños que se ahogan mientras sus progenitores están mirando el móvil, algo de lo que alertan las asociaciones de socorristas, también fuera de nuestras fronteras. Piden sensatez para evitar este tipo de situaciones.
Las apps de apuestas deberán contar con una empresa legal a sus espaldas que tenga licencia para ello.
No obstante, esta medida que ha tomado Apple está afectando a otras apps también. Básicamente la limpieza se está haciendo de forma automática, si una app está en la categoría de Apuestas y es de un desarrollador independiente… fuera de la App Store. ¿Qué ocurre? Que muchas apps están en esta categoría sin ser de apps de apuestas.
Para conseguir un rating +17 años, muchos desarrolladores incluyen la etiqueta de ‘Apuestas’ en sus apps y así pueden disponer de características de iOS sin restricciones. La App Store no te permite definir el rating manualmente, sino que se calcula en función de las etiquetas que le aplicas a la app. Una de las etiquetas menos inofensivas y que permiten obtener un rating más alto es precisamente la clasificación de app de apuestas.
Así pues, estamos viendo cómo aplicaciones de búsqueda de GIFs o revistas online, que nada tienen que ver con las apuestas, han sido eliminadas de golpe de la tienda de Apple. La solución en este caso pasa por modificar las etiquetasque tienen dichas apps, eliminando ‘Apuestas’ y añadiendo las etiquetas correspondientes. Desde hace un tiempo, Apple permite aplicar la etiqueta de ‘Acceso no restringido a la web’, que en principio es lo que buscan los desarrolladores, por lo que sería el cambio que tendrían que hacer.
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Se calcula que el negocio mueve más de 400.000 millones de dólares en todo el globo. Sólo en el Calcio, la liga profesional de fútbol italiana, hay más de 700 millones de euros en forma de contratos publicitarios. Como es natural, los clubes han entrado en estado de alarma.
¿Es positivo? Sí. Las apuestas tienen un altísimocomponente de adicción. El DSM-5 identifica el hábito como una patología y como una adicción, en aras de actualizar el conocimiento científico disponible (con anterioridad entraba en un cajón de sastre al lado de otros trastornos como la cleptomanía). La ubicuidad de las nuevas tecnologías y la profunda penetración de mercado de las múltiples y nuevas casas de apuestas on-line ha provocado que el fenómeno se dispare.
Apostar hoy es más fácil que nunca. Puedes apostar sobre cualquier elemento del juego de forma inmediata. Para numerosas personas, representa un riesgo (y una tentación) elevadísimo.
¿Apunta a los pobres? Es lo que opina Di Maio. Al igual que la lotería, se cree que las apuestas proliferan entre las comunidades más pobres al interpretarse como una forma rápida de escapar de su situación. Evidentemente casi nunca funciona. En Reino Unido hay un intenso debate sobre su prohibición, y numerosos diputados laboristas utilizan el mismo argumento que el M5S. Quienes ganan, además, tienen muchas posibilidades de terminar arruinados a causa de su éxito.
Una investigación de The Guardian reveló que la mayoría de casas de apuestas británicas se valían de los datos personales depositados en las aplicaciones para dirigir su publicidad hacia las personas pobres o ex-adicta. Un reportaje de El Confidencial ilustró que los barrios más pobres de Madrid habían observado un crecimiento de entre el 60% y el 70% de los establecimientos de apuestas (frente a crecimientos marginales por debajo del 10% en los barrios más ricos).
La propia Dirección General de Ordenación del Juego sabe que el 53% de los apostantes patológicos caen en el juego tras la muerte de un familiar, el 45% al entrar en problemas económicos y el 34% al cambiarse de domicilio (a menudo asociado con lo anterior).
¿Y ahora? Por todo lo anterior, las apuestas son el nuevo tabaco: para muchos, una emergencia relacionada con la salud pública y no tanto un negocio ante el que el estado deba cruzarse de brazos. El caudal económico que aporta a muchos deportes, como el fútbol, ha provocado que su penetración publicitaria no haya tenido cortapisas. Italia ha sentado un precedente que quizá otros países decidan experimentar. El mismo precedente que sufrió el tabacó.