El presidente del parlamento andaluz D. Juan Pablo Durán en su discurso de inaguración de las Jornadas de Regulación Audiovisual en una sociedad democrática ha dedicado varios minutos de su exposición para mostrar su posición contraria a la publicidad de los juegos de azar.
Ha hecho especial hincapié en la aparición en los spots publicitarios de famosos ligados a actividades deportivas beneficiosas para la salud que proyectan una imagen de normalidad sobre una actividad perniciosa para la salud mental de la sociedad.
También ha querido recordar la celebración el próximo 29 de Octubre del Día Sin Juego.
La presidenta del Consejo Audiovisual Andaluz se ha echo eco de las manifestaciones del Presidente del Parlamento Andaluz
sobre la preocupación y alarma social de la publicidad del juego online y las apuestas deportivas ante el alarmante
aumento de adicción al juego sobre todo en los más jóvenes debido a la continua conectividad que permite internet.
Esta concienciación de nuestros responsables políticos tiene que tener como fin la plasmación en legislación del clamor
social ante el bombardeo de publicidad del juego en los medios audiovisuales.
Con 21 años, los que tiene ahora, Alejandro era un ‘yonqui’ del juego: salvo durmiendo, nunca le quitaba un ojo a los resultados que le saltaban en la pantalla de su teléfono móvil.
Salía a la discoteca con los amigos y no paraba de sacar el teléfono del bolsillo de su pantalón. Iba al cine con su chica y se salía de la sala para meter cientos de euros en alguna combinación que creía provechosa.
Alejandro llegó a estar apostando 18 horas seguidas sin parar. Se marchó a vivir solo para “pudrirse en soledad”. El chico tenía tanta dependencia al juego que dejó de comer para gastarse el dinero en apuestas. A lo sumo compraba paquetes de varios kilos de macarrones y una botella de aceite de girasol. Bajó de 97 a 76 kilos de peso.
El chaval -alto, robusto, con cara de niño pese a esa barba de varios días con la que trata de ocultar su juventud- robó miles de euros a su madre enferma y a sus abuelos, mintió hasta inventarse una vida paralela, abandonó durante un tiempo la universidad y traficó con drogas para poder apostar. También lo hizo para saldar sus deudas con varios prestamistas.
“O pagas o te revientan la cabeza, así de sencilla es la ecuación”, dice el chico. “Yo siempre fui buen pagador. Moví hachís, coca, robé... Lo que hiciera falta para pagar”. Alejandro llegó a tener un agujero acumulado de 10.000 euros. Ahora no quiere pararse a pensar en lo que gastó y pagó a usureros en total.
Los especialistas han alzado la voz para lanzar una alarma. “Cada vez vienen más jóvenes. Está cambiando el perfil del nuevo ludópata. Muchos ni siquiera tienen 25 años cuando vienen, y eso contando que llevan años enganchados. Ya no nos sorprende que un chico de 17 tenga dependencia al juego, cuando antes eso era una rareza”, dice Raquel Castro, psicóloga de la Asociación Malagueña de Jugadores de Azar En Rehabilitación (Amalajer).
“De cada diez personas que vienen a consulta, cuatro son adictos a las apuestas deportivas y cuatro a máquinas de ruleta virtual que encontramos en esos salones de juegos que crecen como setas en España. Algunos empezaron siendo menores, con 16 o 17 años. Y lo peor aún está por llegar… Estamos ante un problema gravísimo: ahora todos los chicos tienen un móvil en la mano y nos avasallan con publicidad en la televisión, en eventos deportivos… Que caigan es mucho más sencillo. Pero parece que se trata de una cuestión que se intenta ocultar por los intereses económicos”.
Francisco Abad, presidente de la Federación Andaluza de Jugadores de Azar Rehabilitados. Marcos Moreno
El juego online se legalizó en España en mayo de 2011. Tres años más tarde, en 2014, se modificó la ley para incluir miles de juegos de casino en Internet, como la ruleta, el blackjack o el bingo.
Desde entonces, las casas de apuestas deportivas y las empresas del juego han hecho su agosto: tanto a través del juego online como presencial. La relación es provechosa para ambas partes, que se benefician yendo de la mano: ahora casi todos los salones de juego tienen una zona de apuestas y hay casas de apuestas que están abriendo salones de juego. Reciprocidad absoluta.
Empresas como Codere, Sportium o Luckia no dejan de abrir salones de juegos en Madrid, Valencia, Sevilla, Bilbao, Málaga... Pero también en pueblos. En la capital de España, sólo en los distritos de Aluche, Usera y Puente de Vallecas se han abierto más de 40 establecimientos de este tipo desde 2014.
Las empresas suelen instalarse en barrios de la periferia de las ciudades, donde los alquileres de locales son más baratos y disponen de un público objetivo con un grado mayor de desempleo y tiempo de ocio que en el centro de las grandes urbes, mucho más dinámicas y caras. Buscan atrapar a quienes necesitan dinero rápido. Y los pobres abundan.
Si el nuevo mercado ya está generando nuevos adictos, la lectura de las cifras augura un incremento continuado del número de ludópatas durante los próximos años.
La Dirección General de Ordenación del Juego, organismo dependiente del Ministerio de Hacienda, realiza balances trimestrales y anuales del sector en España desde 2013.
Al final del segundo trimestre de 2018, en España había 859.695 usuarios activos, según dicho organismo. Son 55.583 más que a fecha de 31 de marzo del mismo año.
Si se miran las estadísticas con mayor distancia en el tiempo, se observa que la curva de crecimiento de los jugadores online es progresiva. A 31 de diciembre de 2013 había 295.550 usuarios. En menos de cinco años la cifra casi se ha multiplicado por tres. La conclusión es sencilla: la ludopatía habrá crecido de forma paralela.
Hasta septiembre de 2017, los operadores gastaron más de 140 millones de euros en promocionarse. De ahí la lluvia de anuncios en televisión, radio, internet… En España hay más de medio centenar de empresas con licencia en el negocio online y presencial. Nombres que ya son familiares: 888, Pokerstars, Bwin, Betfair…
La mayoría no tributan en España y sí en territorios de fiscalidad baja, como Gibraltar. La Memoria Anual del Juego señaló que en 2016 el volumen de negocio del gremio online alcanzó los 10.000 millones de euros.
Pero detrás de este provechoso sector están las personas. Y muchas de ellas caen en la ludopatía a una celeridad nunca vista. En el caso del juego online, la adicción que antaño tardaba unos diez años en despertarse en un jugador de tragaperras, ahora se observa en meses, explica Bayta Díaz, psicóloga de la Asociación para la Prevención y Ayuda al Ludópata (Apal).
“Se están generando problemas paralelos que no queremos ver. Nos llegan menores derivados de la Fiscalía a los que sus propias familias han denunciado por robos o por violencia. Hay que tener en cuenta que se convierten en personas muy irascibles que necesitan dinero ya”, explica Francisco Abad, presidente de la Federación de Jugadores de Azar Rehabilitados.
Un estudio elaborado en 2017 por la Unidad de Juego Patológico del Consorcio Sanitario del Maresme (CSdM), en Cataluña, señalaba que un 21% de los pacientes que llegaban al centro tenía problemas con la justicia, frente al 8% de los adictos a las tragaperras.
Un periodista y un fotógrafo de EL ESPAÑOL acceden a los primeros minutos de una sesión de terapia en grupo de adictos al juego. La Asociación Malagueña de Jugadores de Azar En Rehabilitación (Amalajer), con sede en Málaga, abre las puertas a este periódico.
Antonio Villatorre, ludópata rehabilitado, realiza terapias con un grupo que este lunes, a las ocho de la tarde, lo nutren 16 personas. De ellas, nueve son menores de 30 años. De esas nueve, cuatro son menores de 25. Casi todas se iniciaron en el juego siendo menores de edad.
Antonio Villatorre, ludópata rehabilitado y terapeuta en Amalajer, durante una sesión en grupo de adictos al juego.Marcos Moreno
Al inicio de la sesión, Villatorre pasa lista. De un grupo de más de una treintena de personas sólo se han presentado la mitad. “Bueno, buenas tardes. Como sabéis, soy un ludópata rehabilitado. Como desde hace ya muchos años, hoy he vuelto a conseguir pasar 24 horas sin jugar. Espero conseguirlo de nuevo mañana…” dice a modo de presentación.
“Es esencial que los chicos sepan que esto es una enfermedad con la que van a tener que convivir toda la vida. Por eso la meta es ir día a día, de 24 en 24 horas”, ha explicado el terapeuta minutos antes del inicio de la sesión en grupo.
Villatorre se muestra “apesadumbrado” por la llegada en masa de tantos jóvenes. “Antes, lo normal era que un adicto fuera un hombre de mediana edad que juega a las tragaperras. Ahora no, cada vez son más jóvenes. Da miedo pensar qué va a pasar en los próximos años si esto no se ataja. Es similar a una epidemia que no estamos sabiendo ver”.
En la sesión de grupo están Marina, de 27 años, e Iván, de 28. Ambos son adictos al juego. Hasta hace unos meses frecuentaban casinos y casas de apuestas. A ella le gustaba -”me gusta, pero me reprimo”, puntualiza- la ruleta. A él, también, aunque no le hacían ascos a otros juegos.
A Marina, un prestamista chino le ofreció todo el dinero que quisiera a cambio de sexo. Fue tras entregarle unos cuantos billetes cuando ella se quedó a cero. Al irse del salón de juego, el usurero le tocó el culo. Luego, le escribió al teléfono.
“Me negué. Pero conozco a chicas que se prostituyen para poder jugar”, explica. “Si no pagas, te pueden dar una paliza de muerte, arrancarte una oreja… Es un mundo muy turbio, pero no dejan de llegarles clientes”.
Iván ha perdido trabajos, la novia y media vida por el juego. Cayó en la ludopatía a los 18. Ahora tiene diez más. Llegó a robarles a sus suegros 20.000 euros de una caja fuerte. Cuando viajaba con su expareja trataba de ir a ciudades españolas y del extranjero que tuvieran grandes casinos. Cuando era camarero cada noche le robaba al dueño 200 y 300 euros de la caja para jugárselo de madrugada, antes de volver a casa.
- El juego te destruye. Es silencioso, oculto, pero las consecuencias que trae son casi tan duras como algunas de las peores drogas. Pero claro, a quién le importa lo que a mí me haya pasado si hay tantos intereses detrás...
Alejandro, Marina e Iván están en fase de rehabilitación. Como mínimo, les llevará un par de años salir del agujero del juego. Ahora nunca llevan dinero encima, evitan pasar por las puertas de salones de juegos y dan de lado a aquella gente que se mueve en ellos. Sólo así podrán convivir con su enfermedad.
“No somos conscientes del daño que está haciendo la publicidad de las casas de apuestas", dice Alejandro. "Que un niño de cinco o seis años que esté viendo la televisión se pueda llegar a preguntar qué es esa apuesta con la que puede ganar dos euros viendo ganar al Madrid es una tragedia… A mí me da miedo”.
Las cifras del juego en menores de edad
El juego online depende directa y exclusivamente del Gobierno de España, a través de la Dirección General de Ordenación del Juego. El último estudio realizado por este organismo es de los años 2014-2015 por lo que, teniendo en cuenta su ritmo de crecimiento, se puede considerar obsoleto. Eso, “sin tener en cuenta que no se refiere exclusivamente a las apuestas deportivas, sino también a casino online, entre otros”, advierten desde AZAJER. Lo que, sin embargo, sí podemos sacar en claro de dicho informe es que “el número de usuarios de apuestas deportivas online aumentó en casi 200.000 personas en tan solo un año (recordando que hablamos del año 2015). En dicho informe se afirmaba que el 83 % de los jugadores online activos eran hombres y el 87 % tenía entre 18 y 45 años”.
Ilegalidad y falta de regulación
Aunque la publicidad esté prohibida en la mayoría de las comunidades autónomas, “no es así en las televisiones nacionales, que aunque prohíben la emisión en horario infantil, se saltan el reglamento”. Además de la ilegalidad y la falta de control en Internet, en el seno de la propia familia se tarda en detectar el problema, porque los niños consiguen fácilmente el dinero. “En muchas ocasiones el dinero lo obtienen de los padres. Dinero que les dan para ir a tomar algo o propina para el fin de semana. Hay que tener en cuenta que las apuestas que llevan a cabo los jóvenes no suelen ser de grandes cantidades”, aseguran Lázaro y Sardaña. Por otro lado, “hay muchos jóvenes que comienzan a trabajar y apuestan para tratar de conseguir más dinero del que disponen, lo cual les lleva a tratar de recuperar el dinero perdido”.
“Uno de los mayores problemas que encontramos en las familias es la falta de comunicación y la inexistencia de límites impuestos por los padres”, expresan el psicólogo y la trabajadora social. Por su parte, los niños “hacen uso de la mentira para evitar que salga a la luz toda la deuda que hayan podido llegar a acumular, así como a préstamos rápidos que hayan podido pedir o porque sienten que han entrado en un círculo vicioso del que no saben cómo salir”.
Los salones de juego: nuevos puntos de reunión para jóvenes
Según expresan desde AZAJER, “los que no han cumplido la mayoría de edad convencen a otros para que apuesten por ellos”. Aunque, afortunadamente, cada vez hay más controles. Nos ponen el ejemplo de lo que sucede en el Gobierno de Aragón (DGA): “Los salones dependen directamente de la DGA, donde llevan a cabo inspecciones periódicas a través de la Policía para asegurarse de que no entran menores. Gracias a esto ha habido una considerable disminución de entrada de ese colectivo a salas de apuestas”. Este control no tiene lugar, sin embargo, en las apuestas online, especialmente peligrosas para los jóvenes. “Basta con introducir un DNI de alguien mayor de edad: un hermano, los padres, un amigo… a partir de ahí ya pueden jugar sin control alguno. La documentación se comprueba una vez se intenta cobrar el premio”.
¿Cómo es el niño “ludópata”?
A pesar de que no exista un patrón definido para un ludópata (sea la edad que sea), desde esta asociación para la ayuda de jugadores rehabilitados afirman haber constatado una serie de factores comunes:
Así funciona el cerebro del ludópata
La ludopatía no deja de ser un comportamiento compulsivo; esto es que se repite una y otra vez sin la posibilidad de control por parte de la persona. Sólo repitiendo la conducta sujeta a la adicción, el adicto podrá paliar una ansiedad tan intensa que se manifiesta a todos los niveles posibles: fisiológico a través de una gran ansiedad, mental mediante la obsesión y motor cuando actúa activamente para resolver todo ese malestar. El origen de todo este círculo vicioso se encuentra, no obstante, en el cerebro. Así lo explica el neuropsicólogo Manuel Olalla Pinilla, desde la Clínica Neurofeeback Zaragoza.
“Sabemos desde hace tiempo que la adicción a sustancias y las adicciones conductuales, como es el caso de las apuestas deportivas, se deben al mismo mecanismo cerebral”. Pero, ¿en qué momento y por qué nos enganchamos? Olalla afirma lo siguiente: “Por un funcionamiento anómalo del circuito cerebral de recompensas, algunas personas no son capaces de controlar sus impulsos a la hora de buscar recompensas que a corto plazo se desean, pero que a la larga son perjudiciales. Ese circuito es indispensable en el ser humano, ya que nos conduce a la búsqueda de aquellas cosas necesarias para nuestra supervivencia y la de la especie, principalmente a la ingesta de alimento y reproducción, pero que en nuestra cultura abarca muchos más campos, como el reconocimiento social, por ejemplo. El desajuste de este circuito lleva a la búsqueda de recompensas efímeras, en las que la satisfacción se convierte en muy poco tiempo en decepción y preocupación”.
El Neurofeedback: un tratamiento pionero para la luchar contra la ludopatía
Las terapias psicológicas por adicciones tienen una dificultad adicional a cualquier otra psicoterapia y es la imperativa necesidad de implicar al entorno más cercano del paciente: comenzando por su familia y siguiendo por su círculo de amistades y entornos frecuentados y estilo de vida. Por esta razón se buscan tratamientos que puedan acelerar el proceso lo antes posible, siendo el “Neurofeedback” uno de ellos y sobre el que el paciente podrá avanzar a pasos agigantados él mismo, ya que estará trabajando sobre su propio cerebro.
A través del Neurofeedback y de la técnica conocida como ‘Electroencefalografía cuantitativa’, aún poco implementada en España, es posible medir la actividad cerebral y la tendencia hacia la adicción o ludopatía observando los circuitos neurofisiológicos, e interviniendo posteriormente sobre ellos. “Este método localiza las frecuencias dominantes de disparo de las neuronas piramidales de la corteza cerebral, indicándonos si la distribución de velocidades está desajustada en alguna o en varias zonas. Según el tipo de desajuste y su localización, basándonos en estudios estadísticos realizados desde la década de los 90 en EEUU, Canadá y Alemania, podemos realizar un diagnóstico”, explica Manuel Olalla. La base del tratamiento está en haber observado patrones cerebrales similares en los pacientes con algún tipo de adicción. Y servirá, pues, tanto para detectar una adicción ya consolidada, como una predisposición a ésta.
Una vez medida la actividad neurológica “si hemos encontrado un esquema de funcionamiento en la corteza cerebral desajustado, podemos trabajar con la técnica de Neurofeedback para corregirlo. Trabajamos directamente sobre la actividad del cerebro, corrigiendo el problema a un nivel orgánico, que puede ser apoyada por técnicas conductuales o psicodinámicas más clásicas, pero que la experiencia muestra que es sumamente efectivo”, asegura el experto.
¿Cómo ayudar a nuestro hijo si se engancha a las apuestas?
En casa debemos estar atentos al niño y sospechar si se produce alguno de los siguientes síntomas, nos recomiendan los profesionales de AJAZER:
Por su parte, Olalla afirma que “el cerebro se crea día a día, hasta el último día de nuestras vidas, pero en la fase de niñez y adolescencia esos cambios son aún mayores. La mejor prevención es educar a los hijos de forma que aprendan a valorarse a sí mismos y a sus logros”. En caso de detectar conductas adictivas en alguno de ellos, el psicólogo recomienda tratar de mantener la calma, sabiendo que “ni castigos ni prohibiciones van a resolver el problema”. Por esta misma razón, “lo mejor es dirigirse a una asociación especializada o a un profesional que nos ayude en la búsqueda de la solución más adecuada para cada caso”. Este último punto es importante, puesto que, tal y como aclaran desde AZAJER, “aunque la ludopatía es una adicción que tiene características similares a otras adicciones asociadas a una sustancia, tiene ciertos aspectos particulares que hacen necesario un tratamiento especializado”.
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